domingo, 4 de junio de 2017

Heineken y Carlsberg pretenden imponer patente en la cerveza y la cebada

                                          Otro duro golpe a los cerveceros artesanales
La concesión en 2016 de tres patentes de cebada para las dos gigantes empresas cerveceras Carlsberg y Heineken ha provocado la indignación de organizaciones ecologistas y de asociaciones agrícolas europeas. Las llamadas patentes sobre la vida, un título legal que concede a su titular el derecho a impedir que terceros fabriquen, utilicen, vendan, oferten para la venta o importen una invención sin su consentimiento, son un tema enormemente controvertido que ha ido cogiendo fuerza en las últimas décadas.

"Las patentes otorgadas a Carlsberg y Heineken se están convirtiendo cada vez más en importantes precedentes, y sólo si se toman medidas políticas para impedir que se concedan patentes similares en el futuro, la mayoría de las solicitudes presentadas serán rechazadas", dice Christoph Then, de la iniciativa No Patents on Seeds! (No patentes para las semillas!). "A menos que esto suceda, seguiremos viendo que la venta de nuestros alimentos básicos es apoyada activamente por la Oficina Europea de Patentes (EPO, por sus siglas en inglés)”, añade.

Las cerveceras se beneficiarán al vender la bebida y con el cultivo de la cebada
Las empresas cerveceras han patentando un tipo de cebada obtenida tras mejorar el cultivo convencional. Esta cebada, argumentan, simplificará y abaratará la producción de cerveza, que se conservará durante más tiempo. Además de la cebada, la patente también cubre el proceso de elaboración de la cerveza y todas las bebidas derivadas de la misma: desde las semillas hasta la cosecha, la cebada y la cerveza. Así, las compañías se beneficiarán por doble partida: al vender la cerveza y con el cultivo de la cebada, al extender su control en el mercado y evitando que otros obtengan mejores variedades de la planta.

Estas patentes se basan en mutaciones aleatorias en la cebada: la llamada mutagénesis aleatoria es una serie de técnicas que empezaron a aplicarse a mediados del siglo pasado y que consisten en exponer a las semillas, si hablamos de plantas, a radiación o productos químicos para así producir en ellas mutaciones al azar, y estudiar después si alguna de éstas aporta una característica de interés. La técnica está reconocida por la Unión Europea como “modificación genética”, no como “transgénesis”.

"Si basta con provocar mutaciones aleatorias en el genoma de las plantas para registrar la cebada o la cerveza como un nuevo invento hay algo que va muy mal en todo el sistema de patentes. Los políticos deben actuar para detener estas patentes y dejar claro que los intereses de los consumidores están por encima de los de las grandes empresas, estas multinacionales claramente quieren  perjudicar  el crecimiento de otras pequeñas cerveceras

La iniciativa No Patents on Seeds!, apoyada globalmente por más de 300 ONG y organizaciones de agricultores, ha conseguido 100.000 firmas contra las patentes de plantas y animales. La coalición insta ahora a las instituciones de la UE a que adopten reglamentos legales claros para lograr que se detenga la obtención de patentes de plantas y animales por mejo

Amigos si beben cerveza que sea artesana y miren quien la controla

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